"A caballo regalado no se le miran los dientes"
Por el estado de desgaste de la dentadura se puede conocer la edad de un animal, en este caso de un caballo; por ello es práctica común en los tratantes mirarles la dentadura para conocer la edad y el estado del animal.
Este refrán aconseja, por tanto, no fijarse en los defectos que puedan tener los regalos, al contrario acogerlos de buen grado y critica la actitud de las personas que, al ser beneficiadas con un regalo o una actitud o hecho fortuito que les beneficie, deciden buscar aspectos negativos del hecho.
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